Calle Asomada 61,
02210 Alcalá del Júcar
Tel.: (+34)678 255743
info@casarurallabodeguilla.com
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La arquitectura ecológica y el turismo sostenible.
Perspectivas y tendencias
Los clientes potenciales del turismo rural buscan la autenticidad, una separación con la ciudad pero sin dejar de lado su confort habitual. Los propietarios de casas rurales lo han entendido bien y están cada vez más organizados, acostumbrados a las nuevas tecnologías y a la redes sociales, preparados a responder a las nuevas exigencias de los turistas. Talleres, clases de iniciación, granjas pedagógicas, actividades deportivas o culturales y catas de vino de la región son algunas de las opciones que se suelen proponer además de albergue en una casa rural tradicional.
Involucrar a los turistas en la vida y cultura tradicional de la región en la que se están hospedando también permite responder a un interés creciente de éstos; el de un turismo sostenible, en el que el viajero va en busca de experiencias y el descubrimiento de sabores locales. En este sentido, el enoturismo es una tendencia al alza; combinando las antiguas casas rurales convertidas en bodegas, o viceversa.
Con más de 50 años de existencia, el turismo verde tiene más que nunca la necesidad de adaptarse a los nuevos deseos y las nuevas exigencias de los viajeros ya que además, la competencia es cada día más importante. Se trata de proseguir con la evolución de las nuevas tendencias y transformar un antiguo terreno frondoso en un parque o un huerto, ofreciendo a los turistas más que una casa y un cobertizo, haciendo que formen parte de la experiencia y del entorno natural.
En todo caso, el futuro del turismo rural se inscribe en una visión de un turismo más sostenible, poniendo especial énfasis en la conservación de su medio natural de origen al igual que su patrimonio cultural. Es la mezcla entre una experiencia fuera de lo común con las tendencias más modernas de los últimos tiempo que ha sido y seguirá siendo la clave del éxito del turismo rural.
El ecoturismo se sitúa hoy en día entre “le fenómeno de moda y el fenómeno de angustia”. El sector está entrando cada vez más en la lógica del desarrollo sostenido, pero es evidente que existe una contradicción entre el objetivo ecológico y el turismo en sí. Recorrer millones de kilómetros en avión para ir a pasar, para nuestro mayor placer, una semana en China es, en sí, totalmente anti-ecológico. Al fin y al cabo, la mejor forma de practicar el eco-turismo es una vez más… ¡quedarse en casa! Hay que fomentar mucho más la recogida sostenible de basuras, en el reciclaje y el ahorro energético; sin embargo es un tema que cada vez preocupa más a los ciudadanos. Además, en un futuro, se convertirá en una norma y su práctica será muy corriente, lo que conllevará a que los hoteles y edificios que no lo hagan se queden atrás en las nuevas tendencias.
En este sentido, cada vez más arquitectos se lanzan en la creación de edificios y remodelación de casas sostenibles, que puedan combinar sin problema con el medio ambiente. Muchos optan por renovar terrenos abandonados y montar casas en que sean tanto espectaculares a nivel arquitectónico, como espectaculares por la “inteligencia” con la que se han construido, mimado cada detalle para que sea respetuoso con el medio ambiente y que permita ahorros de energía muy grandes.
También están los arquitectos que optan por renovar antiguos edificios que solían tener otros usos (antiguas bodegas, establos, prisiones, estaciones de tren…) para crear desde pequeñas casas singulares como edificios que se puedan restaurar para nuevos usos. Es interesante ver cómo muchos de los arquitectos han decidido conservar algunas de las características que eran interesante de cada casa para mejorarlas y hacer de éstas un espacio más habitable para los turistas del siglo XXI. Tenemos el ejemplo de las casa construidas en antiguas cuevas, que conservan un frescos singular y que no necesitan de ningún tipo de aire acondicionado en verano, y no se necesita grandes sistemas de calefacción en verano, ya que conservan perfectamente el calor. Además, sus numerosas ventanas y “ojos de buey” que suelen tener este tipo de casas hacen que el aire pueda entrar fácilmente en la vivienda, permitiendo una buena aireación y creando un ambiente muy fresco tanto en verano como en invierno. En las fotos podéis ver el ejemplo de la casa rural La Bodeguilla, una antigua bodega de vino convertida en casa rural.