Cuando hay tormeta en Alcalá del Júcar, sus empinadas calles que se cortan unas a otras oblicuamente, dan salida a las aguas como si se tratara de varios afluentes más del Júcar hasta llegar a la última, la cuesta Hondonera, que es la de mayor inclinación, en la que confluye todas las demás y a veces es un espectaculo ver como baja el agua hasta el río. Otras veces el espectaculo se convierte en verdadera preocupación por la gran cantidad de agua que llega juntarse en estos puntos. https://www.casarurallabodeguilla.com