Ermitas en Alcalá del Júcar.
Tradicionalmente, el alcalaeño ha sido una persona apegada a la fe de sus mayores. Esto se ve no solo a través de la participación en los distintos actos religiosos, sino también en la construcción a lo largo de los siglos de diversas ermitas. Por desgracia, hoy tan solo unas Cuantas perviven de entre las más de diez que han existido en la historia de Alcalá del Júcar.

De todas ellas, la más importante fue siempre la de San Lorenzo Mártir, que se encuentra a la derecha del río, en su parte superior y al Oeste de la población, de la cual dista 3 kms. Consta esta ermita de una sola nave cubierta con bóveda de cañón, aunque las pilastras que conforman el templo la dividen en 3 tramos, los cuales presentan bóvedas de arista.
Según consta en una inscripción del edificio, en el año de 1804, y para darle mayor or-
nato, fueron pintadas sus paredes con ángeles, figuras alegóricas a las estaciones del año y algunas escenas con personajes entre las que desteca una donde aparece el santo dando limosna a los pobres. En las pechinas, que se encuentran bajo la cúpula, fueron pintados San Agustín, San Jerónimo, San Gregorio Magno y San Buenaventura santos todos ellos, a decir verdad, sin relación directa con nuestro pueblo[1]. También aparece una inscripción donde, transcrito, puede leerse: “Se pintó esta capilla y retablo siendo Obispo de Cartagena el Ilustrísimo señor don Bictorian López Gonzalo, cura de la parroquial de Alcalá el licenciado don Juan Estevan Zev- rian y mayordomos administradores de esta milagrosa imagen de San Lorenzo don Antonio Garda Flores, teniente de dicha iglesia, con Pedro Ximenez. Año de 1804?
[1] No obstante, ao es meaos cierto que si cambiásemos a Saa Buenaventura por San Ambrosio, estarían representados ios cuatro Padres o Doctores de la Iglesia latina.
La primera mención a este lugar aparece en las Relaciones Topográficas de Felipe II (1579), al decir que “…
esta Villa tiene una hermita que se llama de San Lorenzio una legua desta Villa en la rribera del rio Xucar la qual es muy antigua que no hay memoria cuando se hizo y es casa de mucha deboción”.
A esta gran devoción, y si revisamos los textos antiguos, nos damos cuenta de una gran paradoja y es que, al contrario de lo que pudiese parecer, esta ermita se caracterizó por la dejadez de la que hizo siempre gala; así, en 1650, en una visita pastoral se dice que “…la hallo muy indecente (…) y sin ornato alguno y con un retablo de pincel muy malo y de imágenes y de figuras muy indecentes y su altar sin ornato algunodándose la orden de que se reparen tales deficiencias. Desgraciadamente, no hubo tales arreglos, ya que en la visita pastoral de 1677 se redunda en dicha idea al decir que pesé a la gran devoción que hay por el santo, “.
..dicha Hermita no esta con la dezencia que pide Santa debodón y esta negligencia a sido Causada de no tener persona que cuide del Monumento de dicha Hermita…”, En estado tan lastimoso no es de extrañar que, pocas décadas después, se hundiese parte del templo, por lo que en 1742 fue reparada por el cura de Alcalá, don Juan Manuel de Pelegrina y Ruiz, subiendo el montante total a la cifra de 1.000 reales.

Ya en 1786, se añade que está ubicada “.
..Rio arriba a la distancia de 3 quartos de legua Dedicada al Señor San Lorenzo Mártir patrón de esta Villa a quien se consagran a diez de Agosto unas plausibles fiestas que las hacen memorables las muchas gentes quebienen a obsequiar al Santo por sus muchos milagros que obra con sus debotos”. Además de ser el templo donde se guardaba al santo, en aquellas épocas también “.„sirve de parroquia á los caseríos de aquellas inmediaciones”.
Pese al fervor por el santo patrón, el estado de su ermita fue nuevamente descuidándose motivo por el cual hubo de ser restaurada interiormente entre 1994 y 1999, recobrando así el
magnífico aspecto que tuvo antiguamente
[1]. Por desgracia a este deterioro del tiempo, hubo que amadir actuacióñés ’tah funestas como lálleváda á cafo donde se sustituyó eí
retablo de madera que contenía a San Lorenzo por otro en piedra realizado por la escuela-taller del pueblo, aunque de gusto bastante más que dudoso.
[1] El proceso de recuperación fue dirigido por la restauradora Momo Makino.
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